miércoles, 5 de agosto de 2015

BALADA DE LOS AMANTES ODIANTES



Después de algunas compras y de llevar a su hijo al colegio, estuvieron discutiendo hasta la hora de comer. Dispararon sus mejores balas justo cuando se tenían que ir a trabajar. A su regreso, el piso se convirtió en trinchera y las habitaciones en submarinos acorazados. Cuando uno de ellos quiso follar para firmar el armisticio, el otro se enrocó detrás de su hijo y disparó cerbatanas paralizantes. El niño se fue a la cama. Los amantes odiantes pusieron la televisión y se rozaron como por accidente. Al día siguiente hicieron algunas compras y llevaron a su hijo al colegio. Discutieron hasta la hora de comer y, qué curioso, dispararon sus mejores balas justo cuando se tenían que ir a trabajar.

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